El Grupo Ecologista CÓNDOR vuelve a llamar la atención sobre los efectos nocivos de las plantas desaladoras-térmicas, a la vista de la contaminación que está produciendo la de Covisa-Deretil en Villaricos, según la información de la propia Administración.

La planta de cogeneración de Villaricos es realmente una central térmica que además de desalar agua produce electricidad, siendo esta actividad realmente la más importante, hablando en términos económicos, para la Empresa, aunque de cara a la sociedad, que la sufre, se la ha hecho ver como desaladora, aprove-chando la escasez de agua en esta zona.

Las altas concentraciones de dióxido de azufre que emite esta planta están contaminando toda esta zona almeriense que hasta ahora había tenido los cielos limpios y que puede dar al traste con el futuro prometedor que se le abre a la comarca con la agricultura y el turismo.

Estos niveles de contaminación, realmente muy altos, llegan a sobrepasar los límites establecidos por las directivas europeas, pero resulta que esas directivas no son de aplicación en nuestro País, cuya normativa permite valores mucho más altos. Valores que realmente cumple la Empresa, pero que desde el Grupo Ecologista CÓNDOR se consideran no ajustados a la realidad medioambiental, ya que es evidente y constatado su efecto negativo, y no solo sobre el medio físico, sino sobre las personas, que es lo más importante.

Aunque a esta Comarca se le van a poner las cosas más negras, todavía, si se realiza la ampliación proyectada de la central térmica de Carboneras, que llegaría a representar unas diez veces a esta de Villaricos. Por lo que estamos hablando de un volumen de contaminación muy elevado que se repartiría por toda la Comarca.

Las emisiones de CO2, procedentes de la quema de combustibles fósiles (el combustible empleado es carbón, principalmente, y gasóleo), son responsables del efecto invernadero que motiva el calentamiento global del planeta. Éste puede ser el motivo del cambio climático, sin precedentes, que se viene observando en las últimas décadas y que apunta hacia períodos de sequía cada vez más prolongados.

Además de las emisiones de CO2, de estas centrales, no hay que olvidar el resto de gases tóxicos co-mo óxidos de nitrógeno, o el dióxido de azufre, anteriormente mencionado, que es el responsable de la lluvia ácida, que provoca la caída de las hojas de los árboles al depositarse sobre ellos, y no podemos olvidar las afecciones broncopulmonares sobre humanos, que hoy ya no es un riesgo sino una realidad evidente en las localidades próximas a esta central térmica, que desde que está funcionando ha aumentado alarmantemente su número por esta zona.

No hay razones energéticas para realizar dicha ampliación ya que en España existe un exceso de ca-pacidad de generación de energía eléctrica. Además hay un elevado grado de derroche energético, que podría evitarse con actuaciones en el campo de la gestión de la demanda.

Además, desde el punto de vista social, la creación de puestos de trabajo prevista con la amplia-ción de la térmica es muy inferior de la que se originaría si Endesa se propusiese producir esa misma electricidad a partir de la energía solar térmica o mediante la energía eólica.