El Grupo Ecologista Cóndor se ha dirigido al Alcalde de Almería solicitándole que aproveche la actual normativa andaluza sobre el botellón y lo prohíba “con todas las de la ley”.
Este Grupo Ecologista ha venido denunciando, desde hace ya tiempo, que nuestra sociedad está desarrollando unas costumbres bastante insalubres y perjudiciales para la juventud, apoyando, de una u otra forma, el desarrollo del alcoholismo, tabaquismo y otras drogodependencias.
Hasta ahora todos los estamentos políticos han evidenciado su incapacidad e irresponsabilidad en este tema. Lo han dejado crecer y ahora les resulta muy difícil atajarlo, y sobre todo si hay que emplear la mano dura, simplemente porque les restaría votos.
El fenómeno botellón tiene aspectos positivos que habría que mantener, pero, por supuesto, no de esta forma ni en este ambiente. Tal es el caso del desarrollo de la comunicación y la convivencia, que en sí son positivos. La comunicación y las relaciones personales son factores que hay que apoyar, pero que no tienen que ir ligados al consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
Hay que reconocer que este fenómeno no surge por generación espontánea, sino que se ha ido configurando a lo largo de años sin que nadie lo haya considerado y puesto alternativas para desviar los efectos perniciosos y desarrollar solo los positivos.
El buscar un lugar idóneo no es la solución, sería lo más fácil para el político de turno. Lo difícil, que es lo que hay que hacer, es canalizar las necesidades o requerimientos de estos jóvenes para que realicen sus encuentros y reuniones en ambientes saludables que favorezcan su desarrollo como ciudadanos responsables y felices.
Como aspectos más negativos hay que destacar la suciedad y el ruido que producen. Cabe criticar, asimismo, la inconsciencia con que lo hacen, no son capaces de comprender que la limpieza de estas suciedades nos cuesta a los almerienses mucho dinero, simplemente por no tirar en las papeleras los desperdicios que producen. Asimismo, no piensan que el ruido que producen molesta a otras personas que necesitan el descanso, porque lo normal es que por la noche duerman la mayoría de las personas. No hay que olvidar los efectos de las meadas que tienen algunas calles y edificios apestados toda la semana.
La solución no es fácil, ni incluso la propuesta de la prohibición. Hoy por hoy no hay solución acertada a corto plazo, la que se aplique va a producir contestación social. Por lo que hay que echarse para adelante y, paralelamente, ya estar trabajando para un medio y largo plazo.
El factor educacional es la clave. Y es precisamente el olvidado en este fenómeno. Cabe citar como ejemplo que en la mayoría de los paises europeos el consumo de alcohol en la calle está prohibido, con lo que no tienen problemas de suciedad ni de ruidos, pero no en todos esos paises han erradicado el consumo excesivo del alcohol, que se realiza en lugares cerrados, por lo que se han quedado solo en las ramas. Desde este Grupo Ecologista se anima a nuestros políticos, a todos, a que piensen en soluciones globales, que para eso cobran, no para parchear. Y que alguna parte de la población comprenderemos que las alternativas que se pongan como soluciones no van a ser aceptadas desde el principio y que va a costar tiempo, por las apoyaremos y facilitaremos.
Estamos hablando de modificaciones de conducta colectiva, que no se hacen en días ni en meses. Pero lo que sí es fundamental en la solución es tener voluntad política en su aplicación, cueste lo que cueste.