El Grupo Ecologista CÓNDOR considera que el medio ambiente urbano de nuestra Capital se está haciendo tan irrespirable como una gran ciudad, y ya todo el año, aunque en época estival se agrava aún más.
Almería está sufriendo ya de dos males crónicos de la modernidad mal llevada, el exceso de ruido y el caos de tráfico.
Parece mentira, pero así es, tenemos países vecinos, aunque ya podríamos decir herma-nos (al menos de moneda) que ya tienen superados estos problemas. En ambos casos se evidencia incapacidad y falta de ganas de nuestros políticos. Pues la realidad es que día que pasa la situación empeora. Y lo peor es cuando proponen soluciones, que de aplicarse lo único que harían sería aumentar el problema: más aparcamientos, más aparatos reguladores del tráfico, más policía, en definitiva, más de lo mismo.
Estos problemas son crónicos en nuestra Ciudad y ningún grupo político los ha solucio-nado, y todos han tenido poderes. La solución está clara, o cambiamos a todos los políticos o les exigimos que aprendan.
Desde el Grupo Ecologista CÓNDOR optamos por lo segundo, ya que lo primero está muy difícil.
Porque la solución es esa, no hay otra, ni varitas mágicas. Lo que necesitamos los almerienses, TODOS, es más educación ciudadana, más concienciación medioambiental, para tener más respeto por los demás y por el entorno.
El exceso de ruido que sufrimos, y no solo en la Capital, es principalmente del tráfico, y dentro de este, sobre todo, por los tubos de escape de algunas motillos y por los pitidos. Y para establecer un plan para quitarse de circulación a las cuatro motos ruidosas no hay que pensar mucho, simplemente hay que hacerlo. Y los pitidos es problema de educación y concienciación.
El tráfico es un poco más complejo. La mayoría de los coches que circulan por el centro de la Capital son de vecinos de los barrios periféricos, que perfectamente se desplazarían en autobús si, en primer lugar, estuvieran educados para ello, si tuvieran conciencia del proble-ma y que son ellos mismos el origen de este problema, y no que lo ven desde fuera; y en segundo lugar, mejorando el sistema de autobuses urbanos. Ambas cosas cuestan dinero, pero son inversiones de futuro, hay que hacer campañas de educación urbana y de civismo, hay que poner más autobuses en circulación. El autobús ha de verse como un servicio, no como un negocio.
Haciendo más aparcamientos lo único que produce es fomentar más el uso de los vehí-culos particulares, y aunque en principio pudieran quitarse de las calles, el tráfico rodado aumentaría. Produciendo a la larga el efecto contrario al que se quería solucionar.
Y no podemos señalar la gran cantidad de personas que podrían ir al centro andando, que por otro lado es muy bueno para la salud, pero eso se enseña y se aprende.